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Diccionario Ilustrado
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Transfiguración | |
![]() La clave de la interpretación se halla en la voz divina. Esta no se dirige a Jesús (compárese la voz del bautismo, Marcos 1:11), sino a Pedro, Jacobo y Juan. Contra el trasfondo de Salmos 2:7, la voz les presenta a Jesús como el Hijo amado de Dios (HIJO DE DIOS), como el MESÍAS, y al hacerlo confirmaba la reciente confesión de Pedro (Marcos 8:29; compárese 9:1). Luego, con las palabras a Él oíd, la voz divina alude al PROFETA escatológico al que, según la promesa de Deuteronomio 18:15, el pueblo prestará atención y obediencia. En otras palabras, el hecho de emprender Jesús el camino de la pasión (compárese Marcos 8:31siguientes), en vez del camino dictado por la expectativa popular, (Marcos 8:32 siguiente) no impide que Él sea el Mesías, el HIJO del HOMBRE glorioso (Daniel 7:13; para el secreto mesiánico implicado en Marcos 9:9, MARCOS, EVANGELIO DE). La aparición de Moisés y Elías puede simbolizar el respaldo de la Ley y los profetas al mesiazgo de Jesús (compárese Lucas 9:31 hablaban de su partida [literalmente, éxodo], que iba Jesús a cumplir en Jerusalén), pero más probablemente es como precursores del Mesías que figuran aquí brevemente. Son removidos, y Jesús queda solo, cuando Pedro urge una prolongación del goce celestial que sugiere la igualdad entre Moisés, Elías y Jesús. La blancura y brillo, que son propios de los seres del cielo, afectan a Jesús en su persona y en sus vestidos (compárese Daniel 7:9; 10:5; Hechos 1:10; Apocalipsis 3:4 siguiente, etc.); Lucas 9:32 lo identifica como la GLORIA de Jesús. |