Carne de Cerdo Los
Sí
y los
No
Con respecto a las grasas, hay que considerar que los métodos de crianza y
conservación de estos animales han variado con el tiempo y se ha logrado
disminuir el valor calórico de su carne. Además, se ha probado que algunos
cortes específicos de estos animales aportan menos colesterol que las carnes
rojas: las piezas más magras proporcionan entre 60 y 80 miligramos por cada 100
gramos, una cantidad inferior que las carnes de cordero o las vacunas.
Esto
último ocurre porque la carne de cerdo es rica en grasas monoinsaturadas, un
tipo de ácido oleico característico del aceite de oliva, cuyo consumo contribuye
a reducir los niveles de colesterol total en la sangre a expensas del llamado
colesterol malo o LDL y a aumentar los niveles del denominado colesterol bueno o
HDL.
Pero,
¡cuidado! Esto no se
aplica para los embutidos elaborados a base de cerdo, como el jamón, los
chorizos y los patés, que sí son altos en colesterol y en grasas saturadas.
Con
respecto a la triquinosis, si bien es cierto que la carne de cerdo es la
principal fuente de contagio de esta enfermedad, en realidad este parásito
también puede ser transmitido a las personas a través de otro tipo de carnes.
Para evitar el contagio de la triquinosis u otras enfermedades, la recomendación
es comer la carne de cerdo bien cocida y conservada, para eliminar los parásitos
y las bacterias.
Otros organismos que se pueden encontrar en la carne de cerdo (así como también
en otras carnes y aves) son la Escherichia coli (e. coli), la Salmonella, el
Staphylococcus aureus (estafilococo) y la Listeria monocitogenes.
La
buena noticia es que todos éstos se destruyen mediante la manipulación adecuada
y la cocción cuidadosa ( o sea, que esté bien cocida), hasta alcanzar una
temperatura interna de 71.11°C. Otros afirman, que el congelar por tres días la
carne de cerdo mata unas bacterias que el calor no puede matar.
Por otro lado, cuando compres carne de cerdo, busca cortes que tengan poca grasa
en el exterior y que presenten una carne firme de color gris rosáceo. Para que
tenga mejor sabor y sea más tierna, ésta debe contener una pequeña proporción de
grasa veteada en la carne.
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