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Evangelio de Juan    -   Bosquejo de Juan
Juan el ApóstolEpístolas - 2da Juan - 3era Juan
 

EPÍSTOLA DE JUAN. Detalle de la Tercera de Juan

     Tres epístolas que tradicionalmente se atribuyen al apóstol Juan. Son cartas amorosas escritas por un anciano que escribía basado en sus largos años de experiencia con Cristo y su mensaje. Las tres se escribieron para refutar los argumentos de la oposición que había surgido en las iglesias de Asia Menor contra la autoridad y enseñanza del autor. Aunque estas epístolas son pastorales más que polémicas, dejan entrever de qué tipo de oposición se trataba.

Estructura de Las Epístolas

    En la primera carta, Juan previene contra quienes pretendían eximirse de los requisitos impuestos por la ética cristiana, en virtud de su conocimiento de Dios y su íntima relación con él (1:6 y 8; 2:4, 6; compárese 4:20). Además, estos negaban la verdadera encarnación de Cristo (2:22; 4:2), basándose evidentemente en oráculos procedentes de una falsa "unción" divina (compárese 2:20 y  27 y la exhortación a "probar los espíritus", 4:1). Los herejes en cuestión habían sido miembros de la iglesia, pero la habían dejado (2:19) para buscar en el mundo una aceptación que el verdadero evangelio no les ofrecía (4:5).

    La segunda carta informa a una iglesia en particular sobre la existencia de un movimiento misionero hereje que negaba la realidad de la encarnación. Exhorta a no animar a tales misioneros ni siquiera con la hospitalidad.

    En la tercera carta se alude a la oposición de un tal DIÓTREFES, quien rehusaba reconocer la autoridad del apóstol. Se había ganado tanto apoyo entre la congregación de su iglesia que esta ya no quería recibir a los emisarios del apóstol. Es improbable, sin embargo, que Diótrefes tuviera que ver con el partido cismático mencionado en las otras dos cartas. Dicho partido propugnaba una religión entusiasta carente de preocupación moral, la salvación por conocimientos esotéricos y una espiritualidad que menospreciaba todo lo material. Era, pues, una etapa primitiva del movimiento que posteriormente se llamó GNOSTICISMO.

    Otra herejía naciente que se vislumbra aquí es el docetismo, que negaba la naturaleza humana de Jesús o la consideraba como mero disfraz (1 Juan 5:1). Es difícil precisar si el gnóstico Cerinto (activo en Asia a fines del primer siglo) y sus discípulos son los opositores específicos que Juan combate aquí.

TERCERA DE JUAN:

Aporte Teológica

    Las epístolas de Juan se basan en palabras clave como amor, verdad, pecado, mundo, vida, luz y Paracleto. Enfatizan los conceptos de conocer, creer, caminar y permanecer. Estas son palabras simples al parecer, pero en labios de quien ha conocido el misterio y el significado de la existencia de Cristo en forma de hombre expresan muchas verdades profundas.

    Para Juan, lo fundamental del evangelio es que Dios tomó forma de hombre (1 Juan 1:1 al 4). La ENCARNACIÓN es vida (1 Juan 1:2); por consiguiente, "el que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida" (1 Juan 5:12). Jesucristo nos ha llevado de muerte a vida (1 Juan 3:14) al destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8), y es nuestro abogado ante el Padre (1 Juan 2:28; 4:17). Jesucristo es la eterna demostración del amor de Dios.

    Según Juan, el amor no es un sentimiento ni una actitud hacia los demás. Dios es amor (1 Juan 4:8, 16). Amor es guardar los mandamientos (1 Juan 2:2 al 5; 5:3). Tenemos que amar a los demás (1 Juan 2:9 al 11; 3:10). Es hipocresía decir que amamos a Dios mientras odiamos a otra persona (1 Juan 4:20).

    La comunión con Dios se logra conociendo a Dios y permaneciendo en Él. Conocer a Dios no es saber de Él, sino ser como Él en cuanto a justicia (1 Juan 2:29), verdad (1 Juan 3:19) y amor (1 Juan 4:7 al 8). Permanecer en Él es experimentar las características de Dios: luz (1 Juan 2:10), amor (1 Juan 3:17; 4:12) y vida eterna (1 Juan 3:15).

Otros Puntos Importantes

    Muchos cristianos se asombran de que 1 Juan diga que todo aquel que permanece en Jesucristo no peca (1 Juan 3:6). Esto no quiere decir que si alguien peca no es cristiano. En la misma epístola se nos dice que Cristo vino a perdonar pecados, y se nos exhorta a confesárselos a Él (1 Juan 1:6 al 2:2). Lo que Juan quiso decir fue que Cristo nos ha transferido de muerte a vida y nos ha hecho partícipes de la naturaleza de Dios. Consecuentemente, ya no estamos confinados a la oscuridad porque Cristo quebrantó el poder del pecado en nuestra vida (1 Juan 3:8).

    Juan dice que los creyentes pueden orar a Dios a favor de otros (1 Juan 5:16 al 17), si no han cometido pecados que sean "de muerte". El significado de esto es incierto, aunque probablemente se refiera al pecado de rechazar a Cristo como Salvador (1 Juan 2:22; 4:3; 5:12).

Un bosquejo para ayudar a entender mejor.

1. La recomendación de Gayo 1 al 8
(A) Saludo 1
(B) Consagración de Gayo 2 al 4
(C) Generosidad de Gayo 5 al 8

2. Condenación de Diótrefes 9 al 14
(A) Orgullo de Diótrefes 9 al 11
(B) Alabanza por Diótrefes 12
(C) Bendición 13 al 14