Etimología
Jesús se refirió solo en dos ocasiones a la iglesia (Mateo 16:18; 18:17). En
contraste, la expresión REINO DE DIOS aparece un centenar de veces en los
Sinópticos. La palabra iglesia se deriva del sustantivo griego ekklesı́ de orden
político (de polis que significa ciudad), convocada por un heraldo oficial. Así
se traduce en la 70 la palabra hebrea qajal que designa la congregación de
Israel, una nueva comunidad teocrática convocada desde el cautiverio para adorar
y servir a Jehová y demostrar su señorío en medio de los pueblos (Números 10:7;
Deuteronomio 31:30; 1 Reyes 8:14; 1 Crónicas 13:2, 4; Salmos 22:22; compárese
Hechos 7:38).
Esencia Y Forma
La identidad de la iglesia en el Nuevo Testamento es paradójica. La iglesia es
al mismo tiempo un movimiento histórico (realidad particular) y un testimonio a
la humanidad (realidad universal). A la vez santa y pecadora, se mantiene en
tensión dinámica entre su realidad histórica y la anticipación escatológica,
entre experiencia y fe, esperanza y experiencia, forma y esencia, presencia y
señal del Reino. Sin embargo, estas tensiones no se pueden divorciar del ámbito
más amplio de la misión de Dios en el mundo, ni de los diversos contextos
históricos culturales en que la iglesia se desenvuelve en el Nuevo Testamento y
a lo largo de su historia.
En el Nuevo Testamento, en singular, iglesia se refiere a alguna congregación
local y específica (Hechos 11:22; 13:1), pero a veces también a varias
congregaciones (Gálatas 1:13; Hechos 9:31), aunque hay poca distinción entre el
singular y el plural (compárese 1 Corintios 10:32; 11:16; Gálatas 1:13, 22),
como tampoco se debe separar las varias dimensiones de la iglesia. En
situaciones de hostilidad, las iglesias van perdiendo su identidad como
asambleas del pueblo en su sentido más amplio. El término iglesia puede
referirse a la comunidad o comunidades que se reúnen en un hogar (Romanos 16:5;
Filemón 2), una ciudad (Hechos 8:1; 1 Corintios 1:2) o en una provincia (1
Corintios 16:19; 1 Tesalonicenses 2:14).
A menudo en las Epístolas de Pablo iglesia designa el cuerpo de Cristo, la
totalidad del discipulado, la comunidad universal de los creyentes, a lo largo
de la historia. Este es el tema de Efesios, donde Pablo señala el eterno
propósito redentor de Dios realizado en la iglesia en la que participan tanto
gentiles como judíos. En muchos pasajes hay una nota de finalidad; la iglesia
comprende el pueblo escatológico de Dios convocado para participar en la nueva
edad que en Cristo inauguró.
Como instrumento de la gloria divina, la iglesia hereda todas las promesas,
participa en la guerra contra Satanás y es arras de la vida eterna (Colosenses
1:21-27; Hebreos 12:22-24; Apocalipsis 1:20). A la naturaleza de esta
comunidad la condicionan los atributos de Jesucristo que la convoca.
Vocación
Diversidad en unidad (Efesios 5:1-6)
Esta se deriva de su vida común en Cristo, donde media el mismo Espíritu Santo.
Se expresa en la coordinación de los diversos DONES y servicios de la iglesia
cuyo fin es "perfeccionar a los santos para la obra del ministerio" y la
edificación del CUERPO DE CRISTO (Efesios 5:12). Porque está basada en Cristo
mismo y en la voluntad soberana de Dios, esta relación es un hecho que ningún
miembro del cuerpo por sí solo puede establecer o bien disolver (compárese 1
Corintios 12:15, 16, 21).
Santidad (Efesios 5:17 siguientes; 5:25-27)
Pablo con frecuencia llama SANTOS a los cristianos (Efesios 1:1; Filipenses 1:1,
etc.), porque han sido redimidos por Cristo y caminan hacia la plenitud e imagen
de Cristo (Efesios 5:13).
Autoridad (Mateo 16:18, 19)
Al estar sujeta a Cristo y al Espíritu Santo, la iglesia recibe la autoridad
para proclamar el evangelio (Mateo 28:18-20; Hechos 2:14), celebrar los
sacramentos u ordenanzas (Hechos 2:41 siguiente; 1 Corintios 11:17-34),
exponer la verdad (Hechos 15:28), denunciar el pecado (Hechos 5:1-11),
confrontar los poderes malignos, DOLENCIAS, DEMONIOS, PRINCIPADOS, POTESTADES,
opresión (Hechos 3:1-11; 16:16-18; Gálatas 5:8-11; Colosenses 2:15-23), levantar a los caídos (Colosenses 3:12; 1 Pedro 3:8) y disciplinar a los
errados (Mateo 18:15-18; 1 Corintios 6:16).
Fe
En respuesta a la confesión de fe del apóstol Pedro, Cristo
prometió establecer su Iglesia (Mateo 16:18), la cual es, ante todo, la
congregación de los creyentes o fieles. "Los que creyeron" o "los creyentes" son
expresiones sinónimas que se refieren a la comunidad (Hechos 2:44; 5:32; 5:14; 1
Timoteo 5:12). Esta fe se expresa en el bautismo (Hechos 2:41; 8:12, 36; Romanos
6:4; 1 Corintios 12:13).
Compañerismo
Si cada creyente está unido vitalmente con Cristo, se sigue que los creyentes se
relacionan en forma vital unos con otros (Romanos 12:5; 1 Corintios 12:12). La
koinonı́a y comunidad de bienes de Hechos (2:44; 5:32) se fue reduciendo al
compañerismo del ministerio (2 Corintios 8:4). La máxima expresión de la
koinonı́a (compañerismo) era la CENA DEL SEÑOR .
Por lo visto no le plugo ni a Cristo, su fundador, ni al Espíritu Santo, su
paracleto, proporcionar a la iglesia alguna forma explícita o rígida de gobierno
u organización universal que fuera aplicable a todo caso. En Hechos se distingue
entre el ministerio de la palabra y el ministerio de las mesas (2:44; 5:32).
Pablo reconoció y explicó esta distinción como la posesión de diversos
DONES y
la ejecución de varios ministerios (profecía, evangelización, enseñanza,
servicio, administración, etc.) que aparecen en respuesta a desafíos históricos
particulares (Hechos 6:2, 4; Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:28; Efesios 5:11-13). Sin embargo, ni Pablo ni los demás apóstoles dejaron una pauta clara o
rígida para la estructura gubernamental de la iglesia. Se prefirió más bien
destacar su carácter dinámico y sobrenatural.
A lo largo de la historia la iglesia ha asumido una gran variedad de formas y
prácticas en respuesta a los desafíos de la MISIÓN dentro de diversas culturas y
contextos sociales. Cuando la iglesia se acomoda a su forma de ser y se cierra
dentro de un determinado patrón social o molde cultural, surgen movimientos de
renovación eclesial que cuestionan el statu quo y convocan al pueblo de Dios a
sumarse otra vez a la misión del Reino.
Misión
La iglesia está en el mundo, por decirlo así, para hacer las veces de Cristo,
extendiendo su ENCARNACIÓN y su ministerio en este mundo hasta que Él venga a
arrebatarla en su Segunda Venida. La simple presencia de la iglesia, en la cual
mora el Espíritu Santo (2 Corintios 6:16), refrena el mal en el mundo, a la vez
que da testimonio de la justicia y el amor de Dios. Su misión es predicar el
evangelio de Cristo en toda su plenitud y con todas sus implicaciones personales
y sociales (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8), reflejando así la vida de Cristo y
el Reino de Dios.
Realidad histórica
Más que una doctrina precisa, el concepto de iglesia es una galería de casi cien
figuras retóricas, cada cual con su aporte a la totalidad (por ejemplo, PUEBLO
de Dios, Reino de Dios, cuerpo de Cristo, nueva humanidad, siervos, sacerdotes,
familia, hijos de Dios, hermanos, esposa, casa, templo, Jerusalén, éxodo, viña,
primicias, rebaño, Adán, etc.). En diferentes contextos históricos, la iglesia
ha enfatizado una o más de estas figuras respondiendo creativamente a los
desafíos y a las amenazas del peligro de reducir su esencia a formas muy
limitadas.