Los Sapos Los
sapos son animales tímidos, por lo general nocturnos, que durante el día se
ocultan en lugares oscuros y durante la noche se dedican a la caza de insectos,
gusanos, babosas, lombrices y otros invertebrados.
Normalmente son de color pardo grisáceo, tienen verrugas en la piel, la cabeza
plana, glándulas parótidas hipertrofiadas por encima de los oídos, ojos
brillantes similares a gemas con pupila transversal y dedos parcialmente
palmeados. Son más torpes que las ranas y no pueden saltar tan lejos como ellas.
La lengua del sapo está fijada a la parte anterior de la boca. Lanzan ésta hacia
adelante y su extremo pegajoso atrapa a la presa y la lleva de regreso a la
boca. Algunos sapos tienen dientes, pero dado que los anfibios no pueden
masticar, sólo les sirven para sujetar a sus víctimas. La lengua produce una
mucosidad que les ayuda a engullir a sus víctimas. Todos los anuros parpadean al
tragar y, dado que no existe hueso alguno entre el ojo y la boca, el ojo se
desplaza hacia atrás, lo que impulsa a la presa hacia el interior de la boca.
Durante los meses fríos los sapos hibernan enterrándose en madrigueras. En
primavera se aparean y las hembras ponen sus numerosos huevos en estanques en
forma de cadenas gelatinosas de hasta 1,2 m de longitud. Los renacuajos son más
pequeños y oscuros que los de las ranas y no se transforman en sapos terrestres
hasta el siguiente otoño.
Un género de sapos engloba más de 70 especies diferentes que están ampliamente
distribuidas en las principales masas continentales del mundo, a excepción de
Groenlandia, Australia, Nueva Guinea y Nueva Zelanda, pero son muy abundantes en
las regiones tropicales.
En la península Ibérica vive el sapo común, de color castaño con
numerosas verrugas y costumbres fundamentalmente terrestres; el sapo
corredor, de color verdoso con manchas
parduzcas
o rojizas y verrugas dorsales, y el sapo verde, presente sólo en las
Baleares. Es de color grisáceo con manchas verdosas.
Algunas de las numerosas especies y variedades que abundan en el continente
americano son: sapo cúcaro de Cuba, sapo de Sonora (desde Chihuahua hasta
Veracruz), sapo del golfo de México, sapo rojo (desde Kansas, Estados
Unidos, hasta Guadalajara, México) y el sapo del río Colorado; el sapo del
Río de Plata (desde Bolivia hasta Chile) vive en montañas que llegan a los
5000 m de altitud.
El cururú o sapo buey (desde Brasil hasta Argentina) mide 20 cm de longitud
y pesa 1,7 kg, mientras que el sapito verde (desde México hasta el centro de
Estados Unidos) mide unos 4 cm y el sapo pigmeo de Río de Janeiro apenas
alcanza los 3,7 centímetros. Existe un segundo género al que pertenecen tan
solo dos especies. Viven principalmente en el centro y el suroeste de Europa
y normalmente se les llama sapos parteros porque el macho transporta y cuida
los huevos una vez puestos por la hembra.
Los sapos pertenecen al orden Anuros, clase Anfibios. El género que
comprende más de 70 especies es Bufo, que pertenece a la familia Bufónidos.
El sapo común es la especie Bufo bufo, el sapo corredor es la especie Bufo
calamita y el sapo verde es Bufo viridis. Los sapos parteros componen el
género Alytes de la familia Discoglósidos.
Los nombres científicos de las especies comunes de América son: cúcaro de
Cuba, Bufo empusus; sapo de Sonora, Bufo compactilis; sapo del golfo de
México, Bufo vacilleps; sapo de rojo, Bufo punctatus; sapo del río Colorado,
Bufo alvarius; sapo del Río de la Plata, Bufo arenarum; sapo de rulo, Bufo
spinolusus; sapo buey, Bufo paracnemis; sapito verde, Bufo debilis y sapo
pigmeo, Bufo pygmaeus.