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Diccionario Ilustrado
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Siervo | |
Siervo. La institución social de la esclavitud autoriza a una persona a disponer
incondicionalmente de la vida y los servicios de otra persona. En la esfera
religiosa, el concepto de ser siervo expresa la obediencia absoluta del hombre a
Dios y la aceptación incondicional de la voluntad divina.
Ejemplo notable de esto es el apóstol Pablo, persona libre que se
presenta como esclavo de Cristo (Romanos 1:1). Hay leyes establecidas (Levítico 19:13; compárese Job 7:1 siguientes; Malaquías 3:5) que amparan a los jornaleros contra arbitrariedades de sus patronos, porque Israel fue esclavo en Egipto, pero Dios lo sacó a LIBERTAD (Éxodo 20:2; Levítico 25:42; Deuteronomio 15:15).
Por esta razón, en Israel se legisla respecto a la condición humana del
siervo mucho más que en otros pueblos (Job 31:13 siguientes). Dios es el
Redentor (Isaías 41:14; 59:20; Jeremías 50:34). Pero por ciertos motivos se
distingue entre los siervos extranjeros y los siervos israelitas. El patrón podía hacer con él lo que quisiera, incluso herirlo con palo, porque es de su propiedad (Génesis 16:6; Éxodo 21:21). Sin embargo, la ley otorgaba al siervo algunos privilegios, el patrón que lo maltrataba excesivamente podía ser castigado (Éxodo 21:20) o el siervo podía ser liberado (Éxodo 21:26, 27). Debía permitírsele disfrutar del descanso sabático (Éxodo 20:10; 23:12), participar en las fiestas (Deuteronomio 12:12; 16:11, 14) y tener parte en el pacto con Israel por la circuncisión (Génesis 17:12, 23; Éxodo 12:44). Eliezer de Damasco, siervo extranjero de Abraham (Génesis 15:2), goza de toda la confianza de su patrón. Saúl habla con su siervo como un hermano (1 Samuel 9:5, 10) y Sesán casa a su hija con el siervo egipcio Jarha (1 Crónicas 2:34 siguiente).
Por otra parte, hay muchos siervos, como Agar, que huyen de sus amos por
circunstancias especiales (Génesis 16:6;1 Samuel 25:10; 1 Reyes 2:39); pero, con
excepción de 1 Reyes 2:40 y Filemón 12, también se respetaba la ley que prohibía
devolver al patrón el siervo que había huido (Deuteronomio 23:15). La ley prescribía que ningún israelita debía ser humillado por ser esclavo (Levítico 25:39 al 43); y cada siete años los siervos israelitas debían ser liberados y recuperar sus bienes (Éxodo 21:2; Deuteronomio 15:13 siguientes). Si alguien quería renunciar voluntariamente a su emancipación, por amor de su esposa o los hijos, podía optar por la servidumbre perpetua (Éxodo 21:5).
La sierva casada con el patrón no podía ser enajenada (Éxodo 21:7 al 11;
Deuteronomio 21:14). Contra la esclavitud causada por la desigualdad económica
protestó el profeta Amós (1:6; 8:6) y se indignó el gobernador Nehemías (5:5).
El rescate del siervo por uno de sus hermanos (Levítico 25:48) llegó a ser
expresión de la acción redentora del Dios de Israel (Éxodo 6:6; 2 Samuel 7:23;
compárese Gálatas 5:4 siguiente). Jesús se refiere a menudo a los siervos, mayormente en sus parábolas, proclama la identificación del siervo con su patrón (Mateo 10:24), advierte contra servicios inconsiderados (Mateo 13:28), compara el perdón de los pecados con la condonación de la deuda de un siervo (Mateo 18:23, 34), elogia la lealtad y prudencia de un siervo que administra sabiamente (Mateo 25:45 al 51), señala la responsabilidad por los bienes recibidos en custodia (Mateo 25:14 al 30) y destaca el valor de prestar servicios desinteresados (Lucas 17:7 al 10).
Efectivamente Jesús no desprecia ninguna persona por su condición social
o económica.
Decide no llamar siervos a sus discípulos, porque el siervo no
sabe lo que hace su patrón; los llama amigos porque les ha comunicado todo lo
que el Padre le ha dicho (Juan 15:15). Sin embargo, en Filemón 16, el apóstol recomienda ante su patrono a un siervo que se había fugado y le ruega que lo trate no ya tan solo como siervo sino como más que siervo, como hermano amado. Muchos ven esto como una exhortación indirecta a concederle la libertad a Onésimo (FILEMÓN). En otros pasajes neotestamentarios se exhorta a los siervos a servir lealmente a sus amos (Efesios 6:5; 1 Timoteo 6:1; Tito 2:9; 1 Pedro 2:18), para dar un testimonio de laboriosidad por Cristo; pero también se exhorta a los patronos a ser responsables en su tratamiento de los siervos (Efesios 6:9).
La explotación del hombre por el ser humano es superada por el ejemplo
servicial de Cristo mismo (Filipenses 2:7) y por la igualdad de todos en Cristo
(1 Corintios 12:13; Gálatas 3:28; Colosenses 3:11;Filemón 16). El hombre no es
una cosa ni un instrumento simple de trabajo privado de su humanidad. Y el
creyente es un hijo de Dios, en espera de la redención de su cuerpo (Romanos
8:21 siguientes). No es ya esclavo sino DIÁCONO (Juan 12:26). La insistencia de Jesús en el servicio voluntario y abnegado inspira a la iglesia primitiva. En Jerusalén se eligen siete griegos para la distribución diaria (Hechos 6:5), y Tabita en Jope y FEBE en Cencreas viven para servir a otros (Hechos 9:36; Romanos 16:1); en Filipos y en Asia Menor los hermanos prestan ayuda (Filipenses 1:1;1 Timoteo 3:8 al 13; 2 Timoteo 1:18).
La diakonía era un ministerio carismático, y no meramente una
institución (Romanos 12:7 siguiente; 1 Corintios 12:28;1 Timoteo 5:6; 1 Pedro
5:11). Arquipo había recibido un don para ayudar en Colosas (Colosenses 5:17), y
Tíquico es recomendado a los efesios (Efesios 6:21) porque como fiel ayudante
consuela sus corazones.
Está tan interesado en el concepto de servicio que lo extiende a los
magistrados y considera la aplicación de las leyes una real diakonía (Romanos
13:4). El espíritu de esclavitud y temor ha sido desplazado por el espíritu de
adopción; se ha manifestado la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Romanos
8:15, 21; Gálatas 5:5 siguientes) y ellos son emancipados del pecado y hechos
siervos de Dios (Romanos 6:22). |