(del griego "quincuagésima"). Por ser celebrada 50 días
después de la Pascua, es de ahí que viene su nombre. Es la Segunda de
las tres grandes fiestas anuales de los hebreos (las otras eran la
Pascua y la fiestas de los tabernáculos, Éxodo 23:14-16; Levítico 23:15
al 21; Números 28:26 al 31; Deuteronomio 16:9 al 12).
Se le conoce por
tres nombres en el Antiguo Testamento, y esto son:
Número 1.
Fiestas de las semana o cincuenta días después de la Pascua (Levítico
23:15, 16).
Número 2. Fiesta de la cosecha (Éxodo 23:16). Porque
tenía lugar al final de ésta, a la salida del año.
Número 3. Día
de las primicias (Números 28:26); porque en esa fecha se ofrecían los
primeros panes del nuevo trigo (Levítico 23:17).
Todo varón
israelita tenía que comparecer delante de Jehová en el día de
Pentecostés para presentar una ofrenda de gratitud por la cosecha y
acordarse de su liberación de Egipto (Deuteronomio 16:16, 17). Era una
santa convocación en la que ninguno trabajaba (Levítico 23:21). Esta
fiesta se celebró durante las épocas veterotestamentaria e
intertestamentaria y aún se celebra en día de hoy entre los judíos
ortodoxos.
Vale la pena enseñar que significa "santa
convocación". Es un llamado a reunión de un grupo de personas en un
lugar, pero al tratarse de las cosas de Dios y de personas creyentes y
de hacerse para Dios, entonces se le añade el calificativo de "santa"
entonces en vez de ser una simple convocación, es "santa convocación.".
En el Nuevo Testamento se menciona esta fiesta tres veces:
Número 1. En el día de Pentecostés en Hechos 2, cuando el Espíritu Santo
descendió sobre los discípulos y otros que esperaban la promesa y los
llenó con el poder necesario para proclamar el evangelio por todo el
mundo. Esta unción fue acompañada de un estruendo como de un viento
recio, y la aparición de una iluminación en forma como lenguas de fuego,
que se asentaron sobre cada uno de ellos. Comenzaron a testificar en
otras lenguas y los extranjeros presentes le oyeron hablar cada uno en
su propia lengua. Se considera que esta ocasión fue el verdadero
comienzo de la Iglesia Cristiana. Es digno de notar que las "primicias"
de los tres mil convertidos fueron presentadas al Señor ese día.
Es
importante observar que para la Iglesia Cristiana, desde ese día, dejó
de tener relevancia el origen y el motivo de esta fiesta de Pentecostés
dada a los israelitas, y ahora tiene el significado de "El Día de
Pentecostés", como el día que se recibió la Promesa de Jesús, la recibir
el Poder de lo Alto, el bautismo del Espíritu Santo.
Esta es la
promesa de Jesús que se cumplió:
Juan 14:16
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17
el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le
ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y
estará en vosotros. 18 No os dejaré
huérfanos; vendré a vosotros.
Juan 14:26 Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él
os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Número 2. En Hechos 20:16 en donde se relata la prisa de Pablo para
estar en Jerusalén en día de Pentecostés y celebrar esta fiesta en el
Templo.
Número 3. En 1 Corintios 16:8 donde Pablo declara que
permanecerá en Éfeso hasta Pentecostés.
DETALLE DE LA CELEBRACIÓN
DE PENTECOSTÉS para los israelitas:
Primeramente se debe tener una
actitud de alegría y agradecimiento a Dios.
A los 50 días de la
Pascua empieza esta fiesta, dando ofrenda de grano nuevo.
Dos panes
sin levadura, eran dos enormes hogazas, para ofrenda mecida; esto es,
mecidas hacia el cielo en acción de gracias a Dios, que les daba
provisión y protección.
Se traían ofrendas voluntarias y se abría la
tesorería del templo. Con el pan siete corderos de un año, sin
defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros. Como libación y
ofrenda encendida.
Libación es verter un líquido (vino, aceite) sobre el
suelo o sobre un altar.
Macho cabrío por expiación. Expiación es:
Borrar las culpas por medio de algún sacrificio.
Dos corderos de un año en sacrificio de ofrenda de
paz. El sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de
Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa
sagrada a Jehová para el sacerdote.
En la cosecha, no recoger todo,
sino dejar parte para que los pobres y los extranjeros se nutran recojan
y se nutran.
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