Principio. Traducción más común en el Nuevo
Testamento de la palabra griega arjé, palabra que generalmente se usaba
con sentido de temporal (Mateo 25:8; Marcos 1:1; Juan 1:1; Hebreos 1:10), pero
no siempre.
Los autores del Nuevo Testamento y los de otras obras griegas contemporáneas a
veces usaban arjé para aludir a una posición más bien que al tiempo, por
ejemplo, en Tito 3:1(gobernante) y en Lucas 12:11(magistrado). Es importante
notar que aun en español principio (relativo al tiempo) y PRÍNCIPE (posición)
vienen de la misma raíz latina; compárese también PRINCIPADOS.
Josefo (Contra Apión2:190) afirma que Dios es el arjé de todas las cosas
y el Evangelio de Nicodemo (capítulo 23) declara que el diablo es el arjé
de la muerte. En estos casos la palabra tampoco se refiere a tiempo sino más
bien a origen o causa.
La importancia teológica de todo lo anterior es notable. Apocalipsis 3:14afirma
que Jesucristo es el principio [ arjé ] de la creación de Dios. Si esta voz
griega solo tuviera sentido de tiempo, entonces los arrianos y los testigos de
Jehová tendrían aquí una prueba incontrovertible a favor de su cristología
antitrinitaria.
Pero hemos visto que se usa por lo menos con otros dos sentidos. La frase bien
podría interpretarse como que Cristo es el príncipe de la creación o el
principiador [originador] de la creación. Y cualquiera de estos conceptos
concuerda mejor con el cuadro neotestamentario de Cristo, que el de considerarlo
la primera cosa creada (MESÍAS; JESUCRISTO).
Es de notarse también que Apocalipsis 21:6 afirma que el Padre eterno también es
principio y fin, descripción que se aplica por igual al Hijo (22:13; compárese
1:8, 11).
|