Lucas 8:
43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y
que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido
ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al
instante se detuvo el flujo de su sangre.
Mateo 14:
36 y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos
los que lo tocaron, quedaron sanos.
Marcos 6:
56 Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las
calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar
siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.
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