Diccionario Ilustrado
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Alejandro Magno
    ALEJANDRO MAGNO, Nombre por el que se conoce a Alejandro III de Macedonia (356 al 323 antes de Cristo), hijo de Felipe II rey de Macedonia y de Olimpia, una princesa epirota. Durante su juventud fue discípulo de Aristóteles, por quien siempre sintió gran estima.

En 336 antes de Cristo heredó el trono de Macedonia y dos años después se lanzó a la gran empresa de conquistar el Oriente. Tras derrotar a los ejércitos de Darío en las batallas de Gránico e Iso, atravesó el Asia Menor, Siria y Palestina, y en 331 conquistó a Egipto. La batalla de Gaugamela vio la derrota final de Darío y con ella Alejandro quedó como dueño del Imperio Persa. Su avance hacia el Oriente le llevó allende las fronteras de la India, pero cuando iba de vuelta hacia su patria murió en Babilonia debido a una fiebre. En seguida, sus generales se disputaron y dividieron el enorme imperio que se forjó en el transcurso de once años.

    Los historiadores concuerdan en que Alejandro trató bien a los judíos. Era parte de su política de conquista ganarse la simpatía de los pueblos conquistados, a fin de defender su retaguardia y la integridad de su imperio.

    Aparte de las referencias de 1 Mac 1:1 al 8 y 6:2, todas las referencias del Antiguo Testamento a su persona se hacen de manera velada.

PROFECÍA CUMPLIDA DE DANIEL:

    Biblia, fue descrito proféticamente por Daniel como un macho cabrío de occidente con un cuerno muy visible entre los ojos. Se enfrentó con el carnero de dos cuernos que estaba de pie ante el río, venció al carnero y fue muy grande hasta que su gran cuerno fue quebrado y de él salieron otros cuatro cuernos muy visibles (Daniel 8:5-8). La profecía identifica al carnero con los reyes de Media y Persia, al macho cabrío con el rey de Grecia, siendo el primer gran cuerno el primer rey. Cuando cayó él, cuatro reyes se levantaron en su lugar (Daniel 8:18-22). El cumplimiento histórico es impresionante.
    Alejandro llevó a los ejércitos griegos cruzando el Hellesponto e introduciéndose en Asia Menor en el año 334 antes de Cristo, y venció a las fuerzas persas junto al río Granico. Desplazándose con sorprendente rapidez (sin tocar la tierra, Daniel 8:5), nuevamente se enfrentó y venció a los persas en Isso. Girando hacia el sur, bajó por la costa siria, avanzando hacia Egipto, que cayó bajo su poder sin ninguna resistencia. Girando luego hacia el oriente se enfrentó con los ejércitos de Darío por última vez derrotándolos en la batalla de Arbela, al oriente del río Tigris.

    También es posible que Zacarías 9:1 al 18 se refiera a la conquista de Palestina por parte de Alejandro.

    Sus conquistas, que unificaron buena parte del mundo conocido y extendieron el uso de la lengua griega, abrieron el camino al helenismo y, más tarde, a la expansión del cristianismo.