Comentario de 2R 9:1-13

El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas para ungir como rey a Jehú, y le dio la encomienda de matar, exterminar toda la casa de Acab para vengar la sangre de los profetas y los siervos de Jehová.

Tenemos que Acab reinó 22 años, su hijo, Ocozías reinó 2 años y otro hijo reinó 12 años, para un total de la casa de Acab de 36 años de maldad.

¿Cómo cuadra esto con el tiempo de La Gracia y el evangelio de Jesucristo?

La respuesta a esta pregunta es, que solo con un arrepentimiento verdadero, convertirse al Señor, podrá ser salvo. Esto no significa que no pagará las consecuencias de su pecado. Pero el Señor conoce lo más profundo del corazón y la mente, y conoce quienes son hijos de perdición, por tanto, los que han asesinado misioneros, siervos del Señor, les espera la muerte física y la muerte en la condenación eterna.

Note que el juicio de Dios en este caso fue al término de 36 años, y aquí se cumple la palabra Nahum 1:3 que dice:

Jehová es lento para la ira, y grande en poder, no tendrá por inocente al culpable.

Otro detalle al declarar rey a Jehú, es que luego de que Dios habló a través de un hijo de profeta, de primera intensión lo dieron por loco, pero enseguida comprendieron que sí, Jehová habló, e inmediatamente lo nombraron rey.